Todos los fichajes, los rumores, que si pago la cláusula, venga no que cambiamos cromos, que si yo he siempre he sido culé y, por supuesto, vengo al club de mis amores. Gracias Zoran Vekic, tú haces mi verano mejor.

viernes, junio 24, 2005

Cuidado, desembarcó Casal

Ya está aquí. Ha pisado suelo patrio. Cuidado, presidentes, si os cruzáis con un tipo que responde al nombre de Paco Casal y que habla con un ligero acento uruguayo, salir corriendo. Súbito. El personaje en cuestión es famoso por vender lotes de jugadores uruguayos como quien coloca el pack de cuchillos jing su o los wok antigrasas en esas maravillosas teletiendas que tantas noches de buena televisión nos han dado.
Leo en dos diarios navarros que Osasuna se encuentra negociando con el Real Madrid por Pablo García junto con el representante del angélico chaval, que es, efectivamente, don Paco Casal. Y es que, en menos de un mes, Pablo García ha pasado de ser el carnicero de Milwaukee, el destrozapiernas, tuercetobillos o el terminator a ser, más o menos, un integrante de la familia Trapp en los campos de fútbol. Vamos que solamente nos falta ver un fotomontaje de Pablito con una guitarra y una flor en esa melena que ahora será señal de su pasado hippy. Flower power!
Y es que no hay más que hojear los diarios deportivos madrileños para asistir al milagro de la conversión. Llevan más de dos años denunciando, vilipendiando y acusando a Pablo García como el cáncer del fútbol español. Y en menos de dos semanas, el milagro de Colón. Blanco y sin manchas.
La cuestión es que Casal está moviendo sus hilos para colocar en el conjunto blanco no solo a Pablito, sino también a Diogo, un excelso lateral derecho uruguayo que, vamos, si no lo han fichado antes en Europa es por la miopía de los dirigentes, porque ya nos están vendiendo al tal Diogo (lo de siempre, quién le haya visto jugar que levante la manita) como el hijo secreto de Maldini.
La teoría de Casal es que el club que ficha a uno de sus jugadores tiene que llevarse a otro, por eso de la saudade, para consolarse mutuamente. Todavía tiemblan en Santander cuando recuerdan que, de la mano de ese exquisito entrenador y mejor orador, Marcos Alonso, Casal colocó a media Uruguay en la plantilla cántabra. Como parece que los presidentes no se enteran, el Sevilla volvió a vivir experiencias similares cuando llegó, es curioso, Marcos Alonso al banquillo.
En Osasuna, Casal obligó a que se fichara al Chengue Morales (se afirma que es jugador de fútbol pero tenemos que confirmar la noticia) para retener a Pablo García. Cual trilero sin igual, Casal ha logrado colocar a Morales en Osasuna, quedarse con el 50% de los derechos de Pablo García y encima ver cómo Osasuna tiene una deuda de 1,5 millones de euros. Colocará a Pablito en el Madrid, cobrando el 50% del traspaso; el 50% que cobrará Osasuna irá en parte a los bolsillos de Casal para pagar las deudas contraídas por el fichaje del Chengue que fue, por cierto, el más caro de la historia del club navarro. Al R. Madrid, Casal intentará colocar a uno bueno, Pablito, junto con uno por descubrir, Diogo. Y luego dirán que no están avisados.