Un duelo vital

La cuarta jornada, pese a su premura, ya viene cargada de urgencias. Por lo pronto, en el Camp Nou, los jugadores blaugranas tienen que demostrarle a Laporta que la política de renovaciones no será un boomerang de ida y vuelta. Quien estará triste por no poder jugar el partido será Kluivert, que ha sido baja de última hora. Toma, y también los hosteleros barceloneses que esperaban con los brazos abiertos al ariete holandés.
En el resto de partidos, destaca el reencuentro de Caparrós con sus más fieles seguidores, los béticos, que siguen recordándolo con "musho cariño". Veremos si el técnico sigue sacando petróleo de una plantilla que tiene como gran estrella a la "hormiga atómica" Munitis.
El Atleti medirá sus posibilidades reales y el grado de su euforia en Anoeta, un campo donde seguramente se le recibirá con palmas y algún cántico generoso y desenfadado.
El Zaragoza y Osasuna dirimirán otro derby regional marcado por la gentileza de trato entre sus aficiones y donde Solans seguirá abriendo mercados para su querida Pikolín, porque el sopor se ve llegar a lo lejos.
Mientras, en tierras valencianas, el Villareal seguirá comprobando los rigores de disputar tres competiciones; y Piterman aspirará a no alejarse mucho del Barcelona y del Madrid, trayéndole sin cuidado que hace su equipo ante el Getafe, un equipo que no es rival para nada de los alaveses (¡Sigue así, Piterman!). El Sevilla que tanto prometía a principios de temporada (Luis Fabiano, dónde te escondes) se las tendrá que ver con el otro submarino del Hundir la flota. Finalmente, el Rácing recibe a un Espanyol que todavía se sacude la polémica del gol de Jarque.