Los caballeros del cuadrado mágico

El peregrinar de las huestes de Luxemburgo tiene que ser, en definitiva, nada más que un gag ideado por Monty Python, porque, de otra manera, no acertamos a comprender como no le han dicho cuatro palabritas al inventor del fútbol moderno, don Vanderlei Luxemburgo. Con sus tropas galácticas en formación de a cuadrado mágico con sus ángulos mágicos y todo (solamente nos falta Tamariz en punta), la caballería blanca galopa a tierra de nadie.
Es cierto que tienen plantilla de sobra, y que habrá muchos partidos que liquidarán a lo Clint Eastwood, pero no es menos cierto que un añito después, el equipo sigue siendo en manos de Luxemburgo un Mr. Potato que no acaba de ser montado: a ver donde pongo las gafas (Zidane), uyyy y este bigote (Robinho), lo pongo a gambetear por aquí; y venga, le quito los ojos, que eso ya no se lleva en los potatos modernos.
Pues eso, mientras el Madrid siga sin construir un equipo, mientras el técnico se obstine en jugar sin extremos, con Roberto Carlos con un millón de amigos (yo quiero tener!!) en los extremos y laterales contrarios (genial Diego Torres en El País hablando de nuestro reservado y medido brasileño), seguiremos sin completar a Mr. Potato.
Ayy, Florentino Skywalker, si a Deco le hubiera representado Casal, otro gallo le hubiera cantado en el pinganillo a Luxemburgo.