Todos los fichajes, los rumores, que si pago la cláusula, venga no que cambiamos cromos, que si yo he siempre he sido culé y, por supuesto, vengo al club de mis amores. Gracias Zoran Vekic, tú haces mi verano mejor.

martes, febrero 28, 2006

Ciudadano Kane

Hoy, tras seis años, el ser superior ha cogido las maletas, ha echado un último vistazo con ojos resignados al salón, ha paseado sus dedos por los portarretratos de la mesa de roble, Figo, Ronaldo, Zidane, Beckham, fuistéis como mis hijos. Se le nubla la vista, resopla y apaga ¿definitivamente? las luces de esa torre de oro llamada cielo en la que habitó como ser superior.
Se marcha uno de los personajes más importantes del fútbol mundial. Cae por el peso de su tozudez, fagocitado por un universo futbolístico que no entiende de benefactores ni de infabilidades beatíficas, por ese carácter parricida que demuestran los calígulas con calzones y sonrisas mercadotécnicas. Que conste que nunca me ha convencido su falsa modestia ni su sonrisa beatífica, pero no pienso atacarle por eso. Dejemos que lo hagan aquellas plumas que se escondieron al abrigo del calor del poder y que, ahora, ruines, se lanzarán sobre los restos del que fuera su benefactor.
Ha sucumbido porque, como dijo Segurola hace mucho tiempo, el fútbol no entiende de Pitágoras. Porque lo que dos y dos son cuatro en la empresa privada, se transforma en cinco en el fútbol. Es un caballo desbocado, indomable, y nadie puede montarlo. Y menos Florentino. Llegó con un plan claro. Situar al Real Madrid en el centro de la galaxia. Y al principio lo consiguió. El presupuesto del conjunto blanco ha pasado de 103 millones a 300 millones de euros. Ha juntado en ese Copacabana que fue el Bernabéu a todas las vedettes del fútbol. Es innegable en medio mundo el dicho "No diga España, diga Real Madrid". A Mejía lo conocen hasta en la aldea más remota de Samoa. Pero, espoleado por unos éxitos iniciales, enloqueció y el barco madridista comenzó ese zigzagueante modelo que le ha llevado al naufragio actual.
A fichaje por año, desequilibró la delicada maquinaria que encierra el mecanismo del fútbol. Pensó que un reloj vale los diamantes que exhibe su esfera y se olvidó los balancines y de los cristales de cuarzo. Se han ido 31 jugadores por diferentes motivos, entre los que destaca gente como Redondo, Eto'o, Solari, Morientes u Owen. Dos jugadores idénticos en su posición en el mismo año, Flavio Concienciao y Makelele, ningún repuesto. No estaban mal, económicamente hablando, las ventas de estos jugadores. Pero siempre que reinviertas en valores de presente y de futuro. Una ley fundamental en el fútbol. Han llegado 17.
Total, que cegado por el cortoplacismo y la adulación permanente, comenzó a elevar las torres de su castillo, hasta tocar casi el cielo. Encerrado en su cárcel de oro, no supo pronunciar a tiempo Rosebud. Desandó lo caminado, invocó al madridismo de los ochenta en la figura de Camacho, que salió a la estampida; probó con extrañas libretas futuristas; llamó por el pinganillo pero ya nadie le escuchaba. Solo se le obedecía. Y allí, en la almena de su mansión pergeñó su última boutade. Con todos los medios silenciados por el brillo del oro que desprendía el Madrid, ha logrado que, a día de hoy, el conjunto blanco tenga un delantero centro con un solo recambio, y del filial para más inri. Seis mediapuntas. Ningún centrocampista constructor y dos más que sospechosos destructores (Pablito, qué decepción es la edad). Cuatro laterales derechos y uno izquierdo (el desagradecido de Roberto Carlos). Un símbolo disecado como vicepresidente y un viejo profesor intrascendente como director deportivo.
Y se marcha antes de dos acontecimientos clave, derbi y Londres. Justo el día en que se anuncia que ACS ganó un 34% más en 2005. Casualidades de la vida? Quién sabe. Solo sé que llega otro del clan de los constructores, Fernando Martín. Y que el fútbol español vuelve a hacer buena la teoría de los vasos comunicantes. La época de vacas gordas del Madrid se corresponde con la de vacas flacas en Barcelona y viceversa. Se va un mito.
Ver la gestión de Florentino.

1 Comments:

Blogger Webber forever said...

Toda la razón con el crecimiento del odio hacia los merengues. Es más, el crecimiento de este odio ha sido directamente proporcional al aumento de la admiración por el Real Madrid más allá de nuestras fronteras. Y campañas como la del partido de vuelta de la Copa del Rey contra el Zaragoza no ayudaron mucho, que digamos. Qué gran tipo, don Florentino.

2:05 p. m.

 

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