Limpiando el baúl de los recuerdos

Nos hemos puesto en plan Karina (Qué Carmencita Sevilla la acoja en su regazo) y hemos decidido, a partir de lo soliviantado que se ha puesto el personal en Cataluña y viendo la temporadita que llevan desde la capital, que es un buen momento para recordar grandes momentos del arbitraje español. Invitamos a todos los lectores (si es que alguna vez los hubo) a contarnos esa simpática anécdota protagonizada por el rencilla, perdón por el lapsus, trencilla, con la que tanto se rió en el campo. Seguro que todos hemos experimentado algún momento en que llevados por la gozosa alegría que invadía nuestro cuerpo, nos hemos dedicado a piropear al colegiado por alguna excelsa actuación.
La lista es muy larga, y nos podemos remontar en el tiempo todo lo que nuestra memoria y Karina nos permitan. Porque cualquier equipo grande o, quién lo diría, pequeño ha sufrido de vez en cuando la ecuanimidad de este colectivo. Y sí, valen nombres como Ramos Marcos, Andújar Oliver o tantos y tantos que han animado con tanta maestría y desinteresadamente nuestras tardes de domingo. Y para otro día, si alguien con alma wikipédica nos puede explicar, me gustaría saber por qué se llama a los colegiados con sus dos apellidos. Pues, hala, a ejercer de Karina. Uh uhh uhhh!!