El victimismo y los arbitrajes

Tras varios meses de tremendas discusiones y trifulcas verbales varias, Seulo llegó a convencerme del daño que producía al fútbol nacional esa querencia por el victimismo. Esta práctica solo sirve para ocultar, bajo la acusación al trencilla de turno, la ausencia de determinación y responsabilidad de los errores por parte de técnicos y jugadores. Un ejercicio, este del victimismo, que resulta nocivo en cuanto que nos preocupamos más de la paja en ojo ajeno que la viga en nuestras botas.
Suscribo, tras dialécticas y soflamas sofistas, punto por punto que el victimismo es uno de los lastres que nos impiden despegar en el concierto internacional. Pero, a veces, el estamento arbitral se empeña en llevarnos la contraria. Como diría ese músico adelantado a su tiempo, inventor de nuevas narrativas musicales, David Civera: "que lo detengan (al linier)". Y que le regalen una visita por el oftalmólogo, también.
Actualización: La otra explicación posible es que el linier estuviera a la suya, comiendo un snack, como se puede ver en el anuncio que añado, un brillante mashup de la famosa final del Mundial 1966 que enfrentó a la RFA y a Inglaterra con triunfo inglés con un gol que nunca entró. Por cierto, el linier se ha borrado para el partido de Copa del Rey ya que no aguanta la presión mediática.