Todos los fichajes, los rumores, que si pago la cláusula, venga no que cambiamos cromos, que si yo he siempre he sido culé y, por supuesto, vengo al club de mis amores. Gracias Zoran Vekic, tú haces mi verano mejor.

jueves, julio 27, 2006

Bravo, bravo y bravo

Reconozco que tengo un vicio. Sus síntomas son muy específicos e inalterables. Este vicio aparece siempre por la mañana. Es poner un pie en la calle y un ligero espasmo sacude mi cuerpo; los pelos se erizan lentamente, el corazón comienza a bombear con mayor rapidez y la mente se pone en blanco.
Además, sigue una ley inmutable: cuanto menor es la distancia de mi cuerpo con un quiosco de prensa, mayor es la velocidad con la que se suceden los fenómenos fisiológicos. Y de repente llego al puesto de prensa, me detengo y apenas contengo la respiración. Reconozco que mi mirada no se detiene en la prensa generalista, apenas me importa lo que sucede aquí y allá. Con un rápido movimiento de cuello, mi cabeza busca desesperada el manantial de la felicidad: la portada del Marca. Y esta mañana, he vuelto a sentir el placer de nuevo corriendo por todos los centímetros de mi piel. Otra vez más, mis pulmones se han llenado de felicidad y una sonrisa sutil se ha dibujado en mi cara. He comenzado a aplaudir, a gritar bravo, bravo y bravo y me he puesto de rodillas y he iniciado una serie de movimientos de pleitesía hacia una nueva obra maestra. Al final, he tenido que parar porque el quiosquero ha salido corriendo y me ha pedido que parara, que le asustaba a la clientela.
Y es que el Marca se ha vuelto a superar. Sus juegos de palabras forman ya parte del Olimpo del periodismo en este país. Portadas como Raúl Madrid nos han llenado de orgullo. Y hoy, otra vez más el ingenio se volvió a hacer papel: "Kakálabazas". Maravilloso, genial.