Todos los fichajes, los rumores, que si pago la cláusula, venga no que cambiamos cromos, que si yo he siempre he sido culé y, por supuesto, vengo al club de mis amores. Gracias Zoran Vekic, tú haces mi verano mejor.

domingo, marzo 05, 2006

Silencia la tele y enciende la radio

Emocionado por poder demostrar que España era superior a cualquier otro país al menos en cuanto a comentaristas futbolísticos, leo a Will Buckley en el Observer y mi gozo en un pozo. Parece que lo de los comentaristas en televisión es una raza aparte, una internacional confraternizada con un único fin: sacar de sus casillas al paciente ciudadano.
Resulta que esa costumbre que creía tan patria de silenciar el televisor y encender la radio es un rasgo propio de las sociedades balompédicas occidentales.
Todo indica a que para ser un comentarista en cualquiera de estos países debes:
1. Haber jugado alguna vez con la selección nacional. Eso es sinónimo de tu capacidad para hablar y comentar en televisión.
2. Llevar una venda en los ojos. No hay nada como tu país y nadie juega al fútbol como tu selección. Todas las demás, unas aprendices.
3. Si las cosas pintan negras, todo es un desastre. Los jugadores son unos impresentables porque, de largo, nuestra selección es superior.
4. Capacidad para gritar cual energúmeno con los goles de tu selección haciendo inaudible cualquier comentario comedido y edificante.
5. Un refinado sentido del humor.

Ahí va una perla del partido entre Inglaterra y Uruguay del pasado miércoles: "Crouch gets off the couch(sillón) to prove he's not slouch (encorvado, manco en uso coloquial)". Tremendo. Si aún vamos a tener que pedir el regreso de Míchel. Aquí está el artículo. Genial.