Todos los fichajes, los rumores, que si pago la cláusula, venga no que cambiamos cromos, que si yo he siempre he sido culé y, por supuesto, vengo al club de mis amores. Gracias Zoran Vekic, tú haces mi verano mejor.

jueves, marzo 23, 2006

Un valiente en México

Los valientes obtendrán la satisfacción moral de la justicia de sus actos, que serán recordados en el futuro, mientras son mancillados en el presente inmediato. Seguro que estas palabras rondaban la cabeza de Lillo cuando, en un acto de limpieza deportiva, organiza la historia más rocambolesca del fútbol mexicano en muchos años. Y es que por algo, Lillo es un grande entre los grandes.
Situación: el Dorados, incomprensiblemente porque Lillo es un genio, coquetea con el descenso. Su rival, el San Luis, gana sorpresivamente al América y al Necaxa, dos grandes mexicanos. Resulta que los tres pertenecen al mismo dueño, la todopoderosa Televisa. Lillo argumenta que no puede seguir trabajando en una liga corrupta ya que ve amaño en las victorias del San Luis y presenta su dimisión.
Y a partir de ahí, lo típico en este berenjenal "made in Lillo": habla de pureza deportiva, se va, le vapulean en algunos medios, los jugadores le piden que siga (qué va hacer si no Guardiola en mitad de México y sin su Lillo querido) y finalmente se replantea el seguir.
Vamos, todo un grande entre los grandes. Aunque lo mejor es este comentario del periodista mexicano Jorge Carricart, con el título de cobarde y vividor. Habla de la banda de Valdano, Cappa y compañía. Genial. Si cuando en FUTBOLMERCADO nos hemos dedicado a seguir de cerca la labor de Lillo, era porque sabíamos que este tipo es un regalo para el fútbol.